Adoptamos un hijo por mandato de Dios, su nombre es Anderson David, tenía 12 años cuando lo adoptamos, David desde su nacimiento tuvo una historia muy triste y de maltratos, cuando David se integró a vivir en un hogar con un padre y una madre de 51 y 50 años de edad respectivamente, tuvimos muchas dificultades de acoplamiento e integración familiar, nosotros no habíamos tenido hijos antes, lo cual para nosotros se dificulto aún más la integración familiar.

Buscamos ayuda profesional, hicimos contacto con Mauricio, en el proceso pudimos comprender que debíamos entender la herencia genética, la etnia y los estragos que habían dejado marcada la personalidad y el carácter de nuestro hijo, llevado de la mano con nuestra inexperiencia de ser padres, Mauricio nos dio herramientas que nos han ayudado a llevar este proceso de emparentamiento familiar con mucho éxito.